SISTEMA DE GESTIÓN DE LA CALIDAD

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sábado, 12 de noviembre de 2011

El APP en la escuela primaria

Invito a los compañeros del Diplomado en competencias básicas TIC a leer y redactar algunos comentarios sobre el contenido de este artículo    
En el camino del aprendizaje por proyectos en la escuela primaria
Mtro. Agustín F. Tecpa Jiménez

Es indudable que la construcción, desarrollo y evaluación de proyectos por los niños, a partir de sus intereses y conocimientos previos, es una estrategia que les permitirá desarrollar las cinco competencias que menciona el Plan 2009 de la Reforma Integral de la Educación Básica [RIEB], así como los rasgos del perfil de egreso de ese nivel. Los niños siempre han sido partícipes de los proyectos familiares que, empíricamente, se llevan a cabo en el seno de todas las familias. La inquietud y curiosidad bien orientada por el maestro de grupo de estos pequeñines sobre las actividades que presencian en la comunidad, en la escuela, en su casa, o la del vecino, les llevarán a organizar y sistematizar la formación que traen desde sus hogares.
Todos los niños han tomado parte de una celebración de cumpleaños, han “participado” en las comisiones y en los “cargos” que la comunidad le ha encargado a algún miembro de su familia… los niños están presentes en todas partes, por eso ellos ya tienen conocimientos previos para emprender esta empresa: elaborar su propio proyecto.
            Los padres de familia, y la comunidad en general, han desarrollado habilidades del pensamiento complejo, sin conocerlas con ese nombre, pues han tenido que resolver los múltiples problemas que de la vida cotidiana, sembrando en sus hijos la semilla y experiencia que la escuela debe encausar para lograr alcanzar las competencias para la vida. Es seguro que verán con buenos ojos a sus pequeñines en su afán de encontrar la información que necesitan para resolver la problemática planteada en su proyecto. El reto que plantean los proyectos, el ir y venir entre personas entrevistadas o por entrevistar, entre documentos impresos, audiovisuales y electrónicos que analizarán constantemente les llevarán a profundizar sus conocimientos, habilidades, valores y destrezas en contextos reales o simulados. El aula debe proporcionar un espacio para el análisis, reflexión, argumentación, la formulación de hipótesis infantiles que le llevarán a tomar conciencia sobre el respeto que merecen su cultura, la sociedad en general, la naturaleza, sus compañeros y amigos, su familia, la lengua materna de sus padres y abuelos.
            La función del maestro adquiere un nuevo significado: ya no será quien determine las acciones que debe realizar el niño, sino lograr la competencia de los alumnos para el aprendizaje permanente y autónomo; el manejo de situaciones e información para la sana convivencia con la sociedad y la naturaleza; será el facilitador de procesos de construcción conocimientos y aprendizajes en equipos, grupales e individuales; los adentrará al uso intensivo de las TIC; les cuestionará y conflictuará cognitivamente para que logren los rasgos del perfil de egreso que requiere la educación básica[1].
La RIEB hace énfasis en el desarrollo de competencias, el trabajo por proyectos, la educación intercultural, la integración de asignaturas y la definición de aprendizajes esperados[2]. El protagonismo de los estudiantes en la construcción, implementación y evaluación de sus proyectos son una forma muy eficiente de lograrlo.
            Es imprescindible durante la práctica docente recuperar los conocimientos previos de los niños y los de su comunidad, la integración de las asignaturas; la transversalidad de temas; el establecimiento claro de los propósitos que se pretenden lograr con los alumnos, las competencias, habilidades, conocimientos, valores y actitudes a desarrollar en cada contenido curricular; el planteamiento de una situación problemática; los criterios de calidad con los que se va a evaluar el proyecto –desde su construcción hasta su culminación-, considerando, sobre todo, la evaluación de los desempeños entre pares, del alumno a su propio trabajo y la del guía a sus alumnos, así como de las estrategias asumidas; el papel de cada integrante del equipo; las características de cada niño; la complejidad y profundidad de los temas a investigar; los comentarios de las personas a quienes se entrevistó; el desempeño y participación de equipos con actividades similares; las diferencias de los puntos de vista de cada equipo; la distribución de tareas en los equipos; la importancia del trabajo cooperativo y colaborativo; la socialización de las producciones; la revaloración y revitalización de las lenguas indígenas; la continuidad con los contenidos de asignaturas que no se trataron durante el desarrollo del proyecto pero que deben vincularse entre ellos.
Una de las directivas principales, y que debe quedar bien clara, es que se pretende lograr que los niños lleguen a construir su propio proyecto, y mejor si es sustentable; que lleguen a ser emprendedores y autónomos en un futuro no lejano. La tarea es ardua, lenta, propinará tropiezos, encontrará quien ponga limitantes, contextos que dificulten su puesta en marcha, pero si queremos que adquieran competencias para la vida, corresponde al maestro de grupo comprometerse en lograr sistematizar los aprendizajes y experiencias de sus alumnos, en realizar una planeación que desarrolle armoniosamente las potencialidades de los niños y retroalimentar cuando sea requerido, estar en contacto permanente con ellos para apoyarlos, reencaminarlos, cuestionarlos para que aporten ideas, descubran nuevas alternativas, las valoren, analicen y tomen las decisiones pertinentes.
Una de las tareas iniciales del maestro es reconocer el terreno en el que se encuentra: las características, necesidades, intereses y el contexto familiar de sus alumnos; las reacciones y expectativas de los padres o tutores; la potencialidad de la comunidad; las experiencias académicas y de vida; los conocimientos previos respecto a los contenidos curriculares, etc. le darán ideas sobre la forma en que debe abordar la construcción de proyectos en el grupo a su cargo.
Desde el inicio se recomienda realizar un examen de diagnóstico que incluya, además de los antecedentes curriculares previos, el nivel de bilingüismo y el potencial de la comunidad respecto al uso de la lengua indígena, o de la que será la segunda lengua[3], así como de los intereses de los alumnos.
El análisis del los resultados del diagnóstico habrán de complementarse y vincularse con la revisión completa del programa de estudios; los enfoques, propósitos generales, aprendizajes esperados, forma de evaluación y recomendaciones didácticas de cada asignatura, la guía articuladora; todos los contenidos de las asignaturas del grado o grados que va a trabajar; los principios de la RIEB y del Plan 2009 (muy pronto 2011), es decir, una revisión completa de los materiales del maestro y del alumno que proporciona la Secretaría de Educación Pública [SEP] para orientar mejor los proyectos de los niños, incluyendo los materiales que se les proporcionara mediante “Explora” y la que el docente les sugiera bajar de internet, teniendo mucho cuidado en mantenerse al tanto de lo que los niños van encontrando al abrir las diferentes páginas de esa inmensa fuente de conocimientos, pero que debe ser monitoreada de manera permanente  de internet.



[1] Los rasgos del perfil de egreso pueden consultarse en el Plan de Estudios 2009. Educación Básica. Primaria. pp. 40-42.
[2] Para mayor información sobre estas características puede consultar las páginas 44 y 45 del Plan de estudios 2009 citado anteriormente.
[3] El Plan 2009 menciona que desde preescolar los niños habrán de iniciar el aprendizaje sistemático de una lengua adicional, L2, y que ésta deberá ser responsabilidad de cada entidad federativa y de las condiciones y características de cada comunidad y/o escuela.

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